La Hushcienta
Érase una vez una joven bella, simpática, inteligente, agradable,...vamos, con un sinfin de cualidades, llamada Hushcienta.
Hushcienta trabajaba en un empresa que un año antes era gobernada por una familia, que si bien algo excéntrica, aportaban cierta seguridad a sus empleados, pero de golpe y porrazo toda la situación había cambiado y la empresa fué conquistada por unos niños pijos de Madrid, la antigua familia cedió a la conquista y fué cediendo el lugar a estos pijos madrileños.
Hubo incertidumbre y muchos fueron los que murieron durante los enfrentamientos entre los dos ejércitos, ahora parecía que todo volvía a su cauce y todos los supervivientes habian logrado encontrar más o menos un lugar, todos menos Hushcienta y sus más cercanos, ellos vivian atemorizados por la bruja malvada madrileña, que de tanto en tanto se acercaba por allí para sembrar terror y mal rollo a su paso. Hushcienta vivía angustiada, siempre pendiente de cuando llegaría su turno para la horca, los pijos les decían, a Hushcienta y sus amigos, que estuvieran tranquilos, que todos ellos estaban seguros en el nuevo reino, pero ellos sabian que todo eran mentiras y más de una vez se oían confabulaciones en contra de alguno de ellos.
La situación cada vez era más y más insoportable y a la bruja mala cada vez le crecía más y más la berruga de la maldad. Hushcienta trabajaba horas y horas, y nunca era reconocido su trabajo, ni monetaria ni personalmente, la desmotivación y el cabreo se iban adueñando de ella, tantas horas dedicadas gratuitamente para nada.
Al menos queridos lectores sacad una moraleja de tan triste historia: Hushcienta trabajaba tanto porque su conciencia le decía que tenía que sacar el trabajo adelante, se lo agradecieran o no, lo sentía como su responsabilidad, otros en cambio lo hacían esperando algo que tal vez nunca les llegaría. Y otra moraleja sería que los buenos pueden ser idiotas de tan buenos, pero también se les hinchan las...
Y os seguiría contando la historia, pero sólo los pijos madrileños conocen el final, tan pronto tenga noticias de Hushcienta y sus amigos seguiré informando. De momento recemos por todos ellos y su biniestar.
CONTINUARÁ....
Notas del autor
* Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
* Ningún madrileño fué maltratado durante el escrito de esta novela.
* No se pretende ofender a nadie, el propio padre de la autora es madrileño y a excepción de estos pijos asquerosos y prepotentes, da fe que el resto merecen todos sus respetos.
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